DEPRESIÓN:
Una locomotora despiadada que pasa por la vida y la destruye
Por: José Giovanni Gómez C.
16
de agosto de 1977, el mundo se estremece con la noticia del suicidio del “Rey
del Rock and Roll”, Elvis Aaron Presley, de 42 años de edad; la causa,
sobredosis de calmantes.
Martes
5 de abril de 1994, a sus 27 años de edad, la estrella del rock, Kurt Cobain,
decide dispararse con una escopeta y acabar con su vida a raíz de sus fuertes
depresiones.
Enero
22 de 2008, a causa del abuso de medicamentos para combatir el insomnio, la
ansiedad, la depresión y otras afectaciones, muere el actor Heath Ledger, de
apenas 28 años de edad y con una carrera exitosa por delante, tanto así que fue
reconocido por ganar un premio Oscar póstumo, por su actuación en la película,
Batman: El caballero de la noche.
Jueves
22 de abril de 2010, los noticieros abren su edición con la noticia del
suicidio de la joven modelo Lina María Marulanda, quien se arrojo del balcón de
su apartamento; con escasos 30 años de edad y una profesión promisoria decide
quitarse la vida a causa de una profunda depresión.
Año
2014, domingo 2 de febrero, de 46 años de edad encuentran al actor Philip
Seymour Hoffman muerto en su apartamento por una intoxicación aguda por mezcla
de drogas.
Robin
Williams:
Nació el 21 de julio de
1952 en Chicago, Illinois (Estados Unidos).
Hijo de un ejecutivo de
Ford y de la modelo Laurie Williams.
Cursó estudios de
Ciencias Políticas en el Claremont Meris College, en el College of Marin y en
la Julliard School. Ingresó en la prestigiosa Academia Julliard de Nueva York,
donde pasó tres años bajo la tutela del autor John Houseman.
Al concluir sus estudios
vuelve a San Francisco e ingresa en un taller de comedia. Sus primeros pasos
los dio actuando en la calle y comenzó a trabajar en clubes nocturnos. Se lanzó
a la fama a través de un personaje de una serie de televisión, Happy Days, y le
gustaba combinar el cine con shows en vivo. Su primer protagónico fue en
"Popeye", bajo la dirección de Robert Altman.
Continuó realizando
comedia en programas especiales de televisión, paralelamente a su carrera como
actor en la gran pantalla, en la que también se destacan títulos como
"Cadillac Man" (El hombre del Cadillac), "Awakenings"
(Despertares), "Hook" y "Mrs. Doubtfire" (La señora
Doubtfire).
Es nominado en tres
ocasiones al Oscar como mejor actor por "Good morning, Vietnan",
"El club de los poetas muertos" y "El rey pescador" y lo
consiguió como secundario por "El indomable Will Hunting" (En busca
del destino), junto a Matt Damon. Lo ganó en 1997 como mejor actor de reparto
en Good Will Hunting. Dio un vuelco a su carrera gracias a
"Insomnio", en el que interpreta a un tipo oscuro y sombrío, un
escritor de novelas policíacas que aparece como principal sospechoso del asesinato
de una adolescente en un inhóspito pueblo de Alaska. En 2006 trabaja en "Man of the year", en
Night at the Museum y en Happy Feet. En 2007, actúa en la
comedia License to Wed y en 2009, trabaja junto a John Travolta en la comedia de Disney Old
Dogs.(1)
Lunes
11 de agosto de 2014, uno de los actores más queridos del Hollywood y quizá del
mundo del cine, Robin Williams, es encontrado con signos de asfixia en su
cuarto, tal vez a causa de su padecimiento de depresión severa.
Estos
son algunos casos famosos de seres humanos, afectados por una condición,
síndrome o enfermedad, muy conocida por estos días como DEPRESIÓN y que no es
objeto de este escrito definir, ya que en cualquier texto o página de internet
se puede conseguir una definición.
Pero
dada la importancia del tema he aquí algunas definiciones:
“La depresión es un
trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza,
pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima,
trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de
concentración.
La depresión puede
llegar a hacerse crónica o recurrente, y dificultar sensiblemente el desempeño
en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su
forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin
necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se
pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.
La depresión es un
trastorno que se puede diagnosticar de forma fiable y que puede ser tratado por
no especialistas en el ámbito de la atención primaria.”(2)
“Según la definición clínica de esta
patología, la depresión es un trastorno en el estado de ánimo donde aparecen
sentimientos de dolor profundo, ira, frustración y soledad e impiden que la
persona continúe con su vida ordinaria de forma normal durante un tiempo
prolongado. Entre los síntomas de esta enfermedad se encuentran:
*Un estado anímico
altamente irritable;
*Desmotivación para
hacer las actividades habituales;
*Insomnio o dificultad
para dormir;
*Aumento o disminución
brusca del apetito;
*Estrés, cansancio y
sentimientos autodestructivos y de culpa;
*Sensaciones de soledad
absoluta y desesperanza;
*Pensamientos suicidas.”(3)
“En la depresión como estado patológico se pierde
la satisfacción de vivir, la capacidad de actuar y la esperanza de recuperar el
bienestar. Se acompaña de manifestaciones clínicas en la esfera del estado de
ánimo (tristeza, pérdida de interés, apatía, falta del sentido de esperanza),
del pensamiento (capacidad de concentración disminuida, indecisión, pesimismo,
deseo de muerte, etc.), de
la actividad psicomotriz (inhibición, lentitud, falta de comunicación o
inquietud, impaciencia e hiperactividad) y de las manifestaciones somáticas
(insomnio, alteraciones del apetito y peso corporal, disminución del deseo
sexual, pérdida de energía, cansancio, etc.). Este conjunto de síntomas ponen
de manifiesto que nos hallamos ante un estado patológico específico, netamente
distinto de la tristeza normal y que adquiere formas e intensidades bien
definidas. Y en ese sentido se han establecido diversas formas clínicas de
depresión internacionalmente aceptadas, que de menor a mayor intensidad son: 1.
Reacción depresiva; 2. Trastorno depresivo mayor; 3. Distimia; 4. Trastorno
bipolar; 5. Trastorno depresivo orgánico; 6. Depresión melancólica; 7.
Depresión psicótica. Cada una de ellas con rasgos diferenciales clínicos bien
establecidos.” (4)
Lo
anterior, nos muestra lo amplio e interesante del tema, llámese patología, enfermedad,
síndrome o simplemente depresión.
Pero,
¿a caso la depresión es un trastorno mental moderno?, parece que hace mucho
tiempo atrás ya se sufría este padecimiento:
“Conocida en sus inicios
con el nombre de melancolía (del griego clásico μέλας, 'negro' y χολή,
'bilis'), la depresión aparece descrita o referenciada en numerosos escritos y
tratados médicos de la Antigüedad. El origen del término se encuentra, de
hecho, en Hipócrates, aunque hay que esperar hasta el año 1725, cuando el
británico Sir Richard Blackmore rebautiza el cuadro con el término actual de
depresión.”(5)
“La palabra depresión proviene del término
latino depressio que, a su vez, procede de depressus (“abatido” o “derribado”).”(6)
Se
estima que la población aproximada del mundo entero es de 7,136´077.000 de los
cuales según la OMS, 350 millones de seres humanos padecen el trastorno; y el
5% de los casos se encuentran en América Latina. Y lo más aterrador es que cada
año alrededor de un millón de personas se suicidan por este motivo y veinte
millones intentan quitarse la vida en
estado de depresión.
Las
causas de este trastorno pueden variar, pero las características más
significativas de su origen son: genéticas, trasmitida de padres a hijos o por
experiencias traumáticas durante la infancia que hayan sido mal canalizadas. A
veces basta con presentar una predisposición para la depresión para que una
situación de estrés, provoque en una persona el desarrollo de este trastorno.
Otras
causas pueden ser adicciones (alcoholismo, cierta drogadicción), determinados
tratamientos médicos (cáncer, insomnio, esteroides, hipotiroidismo), y
situaciones donde se viva un alto nivel de estrés (maltratos, separaciones,
enfermedad o muerte de un ser querido, fracaso escolar, pérdida de empleo), entre
otros.
Todo
lo anterior, nos lleva a cuestionarnos sobre la vivencialidad del trastorno, es
decir qué siente en realidad quienes la padecen; he aquí varios testimonios de
pacientes que han tenido que soportar el peso de esta condición que actualmente
afecta a tantos seres humanos en el mundo.
“He sentido en mi
interior la extraña relación con la depresión; extraña porque no planee ni
desee tener contacto con ella.
Un evento en la vida de
mi hijo, hizo que la furia de la depresión me poseyera y coloreo de negro mi
existencia; fue un episodio largo y atemorizante, creí que no podía salir vivo.
A nivel físico sentía
que el agua con que me bañaba, me quemaba, mis pies los sentía lentos como si
fueran de cemento, cosas que me eran sencillas de hacer se volvieron difíciles
y penosas.
El placer de la comida,
el ejercicio, trabajar, celebrar un chiste, ya no me eran estimulantes; tenia
que obligarme a levantarme, bañarme, trabajar, comer, ejercitarme, etc.
La relación con la gente
empezó a molestarme; me aislé de la familia y amigos, no quería hablar con
personas. Las vivencias llegaron a un punto en que lloraba y le pedía a Dios
que me matara.
La situación con mi hijo
exigía un costo emocional y material, que comenzó a consumirme; sentía pena por
él, compasión, dolor, culpa, remordimiento.
Hoy desde la gracia de
Dios y el santuario de la cordura, opino que mi depresión estuvo latente,
dormida, esperando el evento que la hiciera emerger y poseerme.
Las ideas suicidas
empezaron a anidar en mi; especule imaginariamente con auto eliminarme,
ahorcándome, ahogarme, dispararme, pero creo que no tengo el empuje para
suicidarme.”(*)
“Las
consecuencias más graves de la depresión pueden ir desde el aislamiento social
hasta la imposibilidad de cumplir con las tareas laborales, llegando incluso
hasta el suicidio. Es frecuente que la persona niegue su problema o que no
acepte recibir ayuda.” (7)
Otro
de los casos reales es el de un joven que a los 23 años de edad, pierde a su
padre por causa del suicidio y empieza a experimentar aquellos síntomas
inexplicables de la depresión; aquí su historia.
“Mi padre era muy
estricto, pero siempre nos brindo lo mejor a mi y mis hermanos; estudie en los
mejores colegios de mi ciudad, pero no fui muy buen estudiante, al punto que
termine mi bachillerato en la nocturna. Mi rebeldía no dejaba que avanzara en
los estudios y en otros aspectos de mi vida.
Entre a estudiar a la
universidad, pero mi padre no pudo seguir pagando el semestre y me toco
trabajar, la verdad eso no me importo. El día anterior a la muerte de mi padre,
él me llamo y me pidió perdón por no poder seguirme pagando la universidad y yo
simplemente le dije que no se preocupara y al día siguiente la noticia que
golpeo mi vida. Recuerdo que un amigo me informo y yo llegue a mi casa, que
estaba llena de gente y mi mamá y hermanos llorando y yo sacando a la gente, me
impacte, pero durante el suceso no derrame una sola lagrima. Días después en
medio de una borrachera llore muchísimo.
Me dedique a tomar y
apareció la depresión, para qué vivo era el pensamiento en mi cabeza, no quería
bañarme, ni comer, nada me valía la pena, me sentía cansado, temeroso, quería
escapar de todo, la rutina, mi vida, etc. Empecé a sentir resentimiento con mi
madre por que me abandono y mi abuela me crio, sentí que el mundo se me vino
encima.
La depresión es algo
terrible, hoy 14 años después del suceso tengo episodios de depresión, cuando
no tengo trabajo y me preocupo por mi futuro e inmediatamente se me viene a la
cabeza la idea de muerte.”
“En muchas ocasiones las conductas
suicidas pueden estar relacionadas con trastornos emocionales como la
depresión, trastorno bipolar y la esquizofrenia; según estadísticas más del 90%
de todos los suicidios tiene que ver con trastornos emocionales u otra
enfermedad mental; es importante resaltar que los primeros signos de los
personas que intentan suicidarse están relacionados con la depresión.” (8)
Los
casos anteriores son de personas que han experimentado el dolor y la furia de
la depresión con estados tan avanzados, de haber concebido la idea de acabar
con su propia vida. Los dos pertenecen a grupos de doce pasos en los que con la
ayuda de un poder superior como ellos lo denominan han encontrado un alivio
espiritual a su condición mental.
Es
decir que a los tratamientos psicológicos y psiquiátricos se le suma una parte
espiritual con la que se puede experimentar sanidad mental y espiritual.
Lo
siguiente son apartes de la intervención del papa Francisco a los asistentes a
la “conferencia Internacional sobre la Depresión”:
“Se manifiestan
fragilidades humanas, psicológicas y espirituales, que al menos en parte son
inducidas por la sociedad. Es importante ser conscientes de las repercusiones
que tienen los mensajes transmitidos por los medios de comunicación sobre las
personas, al exaltar el consumismo, la satisfacción inmediata de los deseos, la
carrera a un bienestar material cada vez mayor. Es necesario proponer nuevos
caminos para que cada uno pueda construir la propia personalidad, cultivando la
vida espiritual, fundamento de una existencia madura. La participación
entusiasta en las Jornadas Mundiales de la Juventud demuestra que las nuevas
generaciones buscan a Alguien que pueda iluminar su camino cotidiano, dándoles
razones de vida y ayudándoles a afrontar las dificultades.
Vosotros lo habéis subrayado: la depresión es
siempre una prueba espiritual. El papel de quienes atienden a una persona
deprimida sin una función específicamente terapéutica consiste sobre todo en
ayudarla a recuperar la propia estima, la confianza en sus capacidades, el
interés por el futuro, las ganas de vivir. Por eso, es importante tender la
mano a los enfermos, hacerles percibir la ternura de Dios, integrarlos en una
comunidad de fe y de vida en la que se sientan acogidos, comprendidos, sostenidos,
en una palabra, dignos de amar y de ser amados. Para ellos, al igual que para
cualquier otra persona, contemplar a Cristo y dejarse «guiar» por Él es la
experiencia que les abre a la esperanza y les lleva a optar por la vida (Cf.
Deuteronomio 30, 19).
En el camino espiritual,
la lectura y la meditación de los Salmos, en los que el autor sagrado expresa
en oración sus alegrías y angustias, puede ser de gran ayuda. El rezo del
Rosario permite encontrar en María una Madre cariñosa que enseña a vivir en Cristo.
La participación en la Eucaristía es manantial de paz interior, ya sea por la
eficacia de la Palabra y del Pan de Vida ya sea para la integración en la
comunidad eclesial. Si bien a la persona deprimida le cuesta un gran esfuerzo
lo que a los demás parece ser algo sencillo y espontáneo, es necesario ayudarla
con paciencia y delicadeza, recordando la advertencia de santa Teresa del Niño
Jesús: «Los pequeños dan pasos pequeños».
En su amor infinito,
Dios está siempre cerca de los que sufren. La enfermedad depresiva puede ser un
camino para descubrir otros aspectos de uno mismo y nuevas formas de encuentro
con Dios. Cristo escucha el grito de quienes se encuentran en una barca a la
merced de la tempestad (Cf. Marcos 4, 35-41). Está presente junto a ellos para
ayudarles en la travesía y para guiarles hacia el puerto de la serenidad
recuperada.”(9)
Esta
idea es reforzada también por algunas citas Bíblicas en las que de forma muy
escueta se encuentra la idea de que Dios puede sanar:
“Salmo 55:22 dice:
“Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá
que tambalee el justo”. La oración no es una simple muleta psicológica. Jehová
“está cerca de los que están quebrantados de corazón”, y cuando una persona le
ora, realmente se está comunicando con él (Salmo 34:18).
“Jehová está cerca de
los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en
espíritu.” (Salmo 34:18).
Pero él también ofrece una esperanza que no
nos puede ofrecer ningún médico: la de vivir en un nuevo mundo pacífico sin
depresión ni ningún otro tipo de trastorno o enfermedad (Revelación
[Apocalipsis] 21:4).”(10)
Es
decir, que dada la gravedad del trastorno, de alguna forma y en algún momento
se deben unir la ciencia y la espiritualidad para hacerle frente a un fenómeno
que diariamente esta cobrando vidas en el mundo, si una es mejor que la otra
quizá nadie tenga una respuesta acertada, lo cierto es que para la persona que
sufra de este síndrome cualquier herramienta puede ser su tabla de salvación
entre la vida y la muerte.
“Pero existe también una
variedad de factores de protección que fortalecen al sujeto. Son los sistemas
de creencias religiosas y de valores, el grado de madurez psicológica que
permite una respuesta equilibrada desde un punto de vista emocional y racional,
la facilidad para captar y asumir el sentido de las experiencias propias y
ajenas, los sentimientos estables de apoyo y pertenencia propios de las
relaciones personales, el ejercicio de la libertad para la realización de
proyectos que comprometen de manera estable y que nos vinculan a los demás”. (11)
En
este instante puede haber un ser humano sufriendo por alguna de las causas
citadas en este escrito y contemplando la posibilidad de quitarse la vida a
causa de una “profunda depresión”; un mal que anualmente cobra miles de vidas
al nivel de enfermedades tales como: hipertensión arterial, diabetes y
accidentes de transito.
Por
todo lo anterior, la idea de este escrito es brindarle a el lector un panorama
de este padecimiento tan actual en personajes públicos, pero que también afecta
aquellas personas del común que todos los días luchan contra el tráfico, la
violencia, las injusticias, los maleantes, el costo de la vida, los fracasos,
los éxitos, los triunfos y todas las emociones producidas por el modernismo y
la inmediatez del mundo actual.
¡Cuidado!
Usted también puede estar subido en la “Locomotora de la Depresión.
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